Cuando nos dijeron por primera vez que debíamos hacer un “Mail
art”, se me vino a la mente hacer algo digitalizado y mandarlo por mail. Pero
no. Era algo tangible, hecho para cada uno de nuestros compañeros, integrando
un concepto y cosas particulares de ellos.
A nuestro grupo nos tocó “Inclusión”. Lo que al menos a mí, costó bastante de
asimilar. O sea, puedes tener una idea en tu mente, pero cómo hacer para
incluir algo propio de una persona en eso…un misterio. Finalmente después de
darme muchas vueltas realicé el primer mail art a Belén. Una compañera muy
dulce y “animal print” como le digo yo. Le hice un rompecabezas, que dibujé
entre una noche de desvelo y la ida al doctor, por lo que siento que pudo haber
quedado mejor. Allí intenté mostrar dos mundos, divididos por una línea. Al
lado izquierdo tonos de grises, con un cielo anaranjado-rojizo (podría decirse
que “ardiendo”), donde las personas eran siluetas negras. En un plano más
cercano, las siluetas ya tomaban más color, y se aproximaban al límite con el “otro
lado”, donde eran tomados de la mano por personitas de color. Allí existía la
inclusión, todo era colores, alegría. Y bueno… para poner este toque personal,
el marco era al estilo “cebra”. A mi compañera le gustó, así sentí que mi logro
fue realizado.
A Camila le bordé en una malla personas de distintos colores tomadas de la mano
formando un círculo, inspirado en un dibujo que ella me había enviado por
correo previamente.
A Sofía le hice una cajita, más bien decoré una, con flores, hojas y diseños
varios en pinturas metálicas, haciéndolo su “cajita de inclusión”, para que
guardara cositas.
Para Cristian fue un poco difícil… Uno nunca sabe qué regalarle a un hombre. No
sabes si tienen su lado sensible más explorado, como para regalarle algo con
más sutileza, o si les da igual. No sé. Pero luego recordé que él era del sur,
y se me ocurrió decorar una botellita de vidrio con el ciclo de unas flores,
desde que eran semillas, pasando por todo el desarrollo hasta llegar a ser
flores, donde finalmente pueden a arrojar sus semillas para volver con este
ciclo. Fue una especie de metáfora, pues la “inclusión”, al igual que muchos de
los valores y cualidades que poseemos, es algo que debe ser cultivado, y ojalá
transmitido a los demás. Si lo descuidas se marchitará.
Fue emocionante hacer y recibir regalos hechos con
dedicación para ti. Pero fue aún más emocionante ver las diversas reacciones y
lo que expresaban otros compañeros, de otros grupos en sus exposiciones. Una
vez más esta clase nos sorprendía a todos sacando lo que teníamos dentro,
algunos de manera consciente y otros inconscientemente, y al final te das
cuenta que el arte está en muchas
formas presente, que con él no solo expresas lo que tú sientes, sino que además
expresas algo de otra persona, si bien con impresiones que tú tienes, pero
muestras ese algo.