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miércoles, 25 de junio de 2014

Movimiento (2da Parte)

En esta clase nos movimos, pero de una forma distinta.
Ahora movimiento ya no es “el cambio de posición”, ya no es desplazamiento. Ahora es expresión. Expresión de nuestra forma, lo más profundo de nuestro ser.

Cuando nos movemos de un lugar a otro conocemos muchas personas. Todo empieza con un saludo. Y cuando empezó el ejercicio de “saludarse”, además de hacerlo de distintas formas (mano con mano, nariz con nariz), la profesora pidió que lo hiciéramos mirándonos a los ojos. Al menos yo, no acostumbro mirar a la gente a los ojos, especialmente cuando converso, y al saludar, a veces. Porque es cierto que los ojos reflejan “tu alma” en cierta medida, y me gusta sentir/ver eso en las personas, pero hay quienes no son de interés para mí, y no lo hago. Entonces, tener que mirarse con alguien que no sueles compartir mucho en tu día a día, es divertido. Hubo muchas risas, gestos, rostros sonrientes. Fue una experiencia única, literalmente, puesto que después, saliendo de esas cuatro paredes, sigues reuniéndote con los de siempre. Pero en fin, fue un grato momento.
Luego de las risas, diversión, vino algo más de expresión. La danza.

Para bailar, danzar, no sólo se requiere de desplante, ritmo, ser “suelto”. Si realmente quieres expresar algo con tu cuerpo, tu mente debe estar liberada, así éste se mueve naturalmente. Debes estar en paz, tranquilo contigo mismo, y por qué no, algo de confianza y autoestima. Yo no me considero una persona buena para bailar, por estas razones que he dado recién. Si bien me encanta la música, sé seguir ritmos, me cuesta tener que pararme sola frente a alguien y… bailar. Apenas logro hacerlo con más gente, siguiendo alguna coreografía, y aun así siento que lo hago pésimo. Será una especie de tranca yo creo… porque a mi familia en general les encanta bailar (menos a papá, que es más tieso que un palo). En cambio yo… uf caso perdido. Sin embargo, menos mal que no salí, pensé yo. Pero después llegó el momento de presentar las máscaras que confeccionamos anteriormente… y era individual, cada uno expresando con su cuerpo y su cara lo que estaba dibujado/pintado en su máscara. No hablaré de lo mío, porque morí de vergüenza, y como siempre (oh, sorpresa) sentí que lo hice pésimo. De lo que sí hablaré será del resto… Realmente admiro a quienes logran expresar tan bien lo que sienten… Eso que te llega en lo más profundo, te empapan de sus emociones y sentimientos, dejando a los demás prácticamente anonadados, boquiabiertos. Todos y cada uno con sus experiencias, sus vivencias, sus pensamientos, en unos leves movimientos y una máscara. Cada día siento que mis compañeros, y yo, somos personas realmente diferentes (siendo que compartimos gustos, el amor por lo que estudiamos, etc), pero somos especialmente diferentes. Una vez concluida la actividad, miré rápidamente sus rostros, mientras aplaudíamos y algunos daban sus comentarios sobre ésta, y pensé que no podía estar en otro lugar diferente.

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