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jueves, 26 de junio de 2014

Arte por correspondencia.

Cuando nos dijeron por primera vez que debíamos hacer un “Mail art”, se me vino a la mente hacer algo digitalizado y mandarlo por mail. Pero no. Era algo tangible, hecho para cada uno de nuestros compañeros, integrando un concepto y cosas particulares de ellos.
A nuestro grupo nos tocó “Inclusión”. Lo que al menos a mí, costó bastante de asimilar. O sea, puedes tener una idea en tu mente, pero cómo hacer para incluir algo propio de una persona en eso…un misterio. Finalmente después de darme muchas vueltas realicé el primer mail art a Belén. Una compañera muy dulce y “animal print” como le digo yo. Le hice un rompecabezas, que dibujé entre una noche de desvelo y la ida al doctor, por lo que siento que pudo haber quedado mejor. Allí intenté mostrar dos mundos, divididos por una línea. Al lado izquierdo tonos de grises, con un cielo anaranjado-rojizo (podría decirse que “ardiendo”), donde las personas eran siluetas negras. En un plano más cercano, las siluetas ya tomaban más color, y se aproximaban al límite con el “otro lado”, donde eran tomados de la mano por personitas de color. Allí existía la inclusión, todo era colores, alegría. Y bueno… para poner este toque personal, el marco era al estilo “cebra”. A mi compañera le gustó, así sentí que mi logro fue realizado.

A Camila le bordé en una malla personas de distintos colores tomadas de la mano formando un círculo, inspirado en un dibujo que ella me había enviado por correo previamente.

A Sofía le hice una cajita, más bien decoré una, con flores, hojas y diseños varios en pinturas metálicas, haciéndolo su “cajita de inclusión”, para que guardara cositas.


Para Cristian fue un poco difícil… Uno nunca sabe qué regalarle a un hombre. No sabes si tienen su lado sensible más explorado, como para regalarle algo con más sutileza, o si les da igual. No sé. Pero luego recordé que él era del sur, y se me ocurrió decorar una botellita de vidrio con el ciclo de unas flores, desde que eran semillas, pasando por todo el desarrollo hasta llegar a ser flores, donde finalmente pueden a arrojar sus semillas para volver con este ciclo. Fue una especie de metáfora, pues la “inclusión”, al igual que muchos de los valores y cualidades que poseemos, es algo que debe ser cultivado, y ojalá transmitido a los demás. Si lo descuidas se marchitará.

                                                                            
Fue emocionante hacer y recibir regalos hechos con dedicación para ti. Pero fue aún más emocionante ver las diversas reacciones y lo que expresaban otros compañeros, de otros grupos en sus exposiciones. Una vez más esta clase nos sorprendía a todos sacando lo que teníamos dentro, algunos de manera consciente y otros inconscientemente, y al final te das cuenta que el arte está en muchas formas presente, que con él no solo expresas lo que tú sientes, sino que además expresas algo de otra persona, si bien con impresiones que tú tienes, pero muestras ese algo.

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miércoles, 25 de junio de 2014

Maquillaje Expresivo

Se suponía que la mayoría del curso (unos 40) debía representar un personaje para esta clase. Al final como 20 salieron adelante, los demás éramos “observadores”, “maquilladores”, “presentadores” y” los de puesta en escena”.
Yo me había anotado para ser “Observador de gestos faciales”, porque es algo que hago usualmente. Me gusta mucho ver cómo la gente se expresa con el rostro, más que los movimientos o las palabras, a veces “una mirada dice más que mil palabras”. Puedes tener una idea más de clara de lo que siente, piensa la persona en ese momento.
Los personajes estuvieron increíbles. Hice una especie de calificación para cada uno, sin fines evaluativos, claramente, sino para ver al final cuáles me habían gustado más, que combinaba la originalidad, actuación, las expresiones faciales, y además de mi gusto personal.
Todos lograron adentrarse en un personaje, logrando una buena interpretación. Destacaban gestos propios de la persona, lo que ayudaba al resto ver cómo eran ellos fuera de su personaje.
Hablaré de los que “más me gustaron”.
La primera en salir fue la Dani González, que hizo un barquito, cuya historia era ir y venir, decía de qué estaba hecho, cuáles eran sus sueños, metas, anhelos, sus miedos… y en simples palabras este barquito personificado, era ella. Al menos así lo percibí yo.
Luego Sofía representó el agua… Y definitivamente ella es como el agua, que fluye, pero pasivamente. No es una corriente violenta, para nada.
El Joaco hizo de mimo. Le encantan los mimos (no sé por qué), y habló de algo muy personal de él. Yo sentí que el hacer de mimo es una forma de disfrazarse solamente, porque el personaje que hizo fue de él mismo.
El que más me gustó fueron las tres mujeres orientales que representaron Almendra (India), Magdalena (Egipto) y Vale Araya (India). Almendra era una mujer corriente de la India, la cual vive cada día las barbaridades que se cometen contra las mujeres de su país, lo que está bajo su cultura. Magdalena tiene los ojos tristes… Y expresa que su país es una “cultura grande en descenso”. Por último, Valentina, representa a una bailarina Bollywoodense, quien en un principio de muestra alegre y luego cambia repentinamente su expresión. Ahora dice lo que realmente siente: las mujeres son una imagen, no tienen voz, no tienen valor. La representación de las tres, debo reconocer, me estremeció la piel, porque lucían tristes, algo desconcertadas, y es la realidad que viven muchas mujeres en el mundo.


                                                                                      

El segundo que más me gustó fue el de Gabriela. La naturaleza, o mejor dicho el recuerdo de ésta. La representa como la vida, el origen de todo, y cómo fue siendo destruida gradualmente por las manos de los humanos. Tiene incertidumbre porque no sabe qué sucederá con ella. Está desconcierta porque le dio todo al ser humano y éste nunca devolvió nada. Sin embargo, no podía negarle lo que fue creado en pos de él.
Personajes son más que ficción. Representan muchas veces la realidad.
                             
                          

Movimiento (2da Parte)

En esta clase nos movimos, pero de una forma distinta.
Ahora movimiento ya no es “el cambio de posición”, ya no es desplazamiento. Ahora es expresión. Expresión de nuestra forma, lo más profundo de nuestro ser.

Cuando nos movemos de un lugar a otro conocemos muchas personas. Todo empieza con un saludo. Y cuando empezó el ejercicio de “saludarse”, además de hacerlo de distintas formas (mano con mano, nariz con nariz), la profesora pidió que lo hiciéramos mirándonos a los ojos. Al menos yo, no acostumbro mirar a la gente a los ojos, especialmente cuando converso, y al saludar, a veces. Porque es cierto que los ojos reflejan “tu alma” en cierta medida, y me gusta sentir/ver eso en las personas, pero hay quienes no son de interés para mí, y no lo hago. Entonces, tener que mirarse con alguien que no sueles compartir mucho en tu día a día, es divertido. Hubo muchas risas, gestos, rostros sonrientes. Fue una experiencia única, literalmente, puesto que después, saliendo de esas cuatro paredes, sigues reuniéndote con los de siempre. Pero en fin, fue un grato momento.
Luego de las risas, diversión, vino algo más de expresión. La danza.

Para bailar, danzar, no sólo se requiere de desplante, ritmo, ser “suelto”. Si realmente quieres expresar algo con tu cuerpo, tu mente debe estar liberada, así éste se mueve naturalmente. Debes estar en paz, tranquilo contigo mismo, y por qué no, algo de confianza y autoestima. Yo no me considero una persona buena para bailar, por estas razones que he dado recién. Si bien me encanta la música, sé seguir ritmos, me cuesta tener que pararme sola frente a alguien y… bailar. Apenas logro hacerlo con más gente, siguiendo alguna coreografía, y aun así siento que lo hago pésimo. Será una especie de tranca yo creo… porque a mi familia en general les encanta bailar (menos a papá, que es más tieso que un palo). En cambio yo… uf caso perdido. Sin embargo, menos mal que no salí, pensé yo. Pero después llegó el momento de presentar las máscaras que confeccionamos anteriormente… y era individual, cada uno expresando con su cuerpo y su cara lo que estaba dibujado/pintado en su máscara. No hablaré de lo mío, porque morí de vergüenza, y como siempre (oh, sorpresa) sentí que lo hice pésimo. De lo que sí hablaré será del resto… Realmente admiro a quienes logran expresar tan bien lo que sienten… Eso que te llega en lo más profundo, te empapan de sus emociones y sentimientos, dejando a los demás prácticamente anonadados, boquiabiertos. Todos y cada uno con sus experiencias, sus vivencias, sus pensamientos, en unos leves movimientos y una máscara. Cada día siento que mis compañeros, y yo, somos personas realmente diferentes (siendo que compartimos gustos, el amor por lo que estudiamos, etc), pero somos especialmente diferentes. Una vez concluida la actividad, miré rápidamente sus rostros, mientras aplaudíamos y algunos daban sus comentarios sobre ésta, y pensé que no podía estar en otro lugar diferente.