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viernes, 23 de mayo de 2014

Movimiento (1ra Parte)

Esta clase fue bastante corta, pero efectiva.
La idea era moverse. Movimiento en física es el cambio de posición en determinado tiempo, según un sistema de referencia. Los movimientos no son siempre tan exagerados ni visibles, puede ser el expandir las fosas nasales, levantar las cejas, mover un dedo; siendo éstos tanto conscientes como inconscientes (también el movimiento que hacen nuestros órganos, con tal de que nuestro organismo funcione bien).
En fin… movimiento.
La idea era darnos cuenta que no podemos controlar todos nuestros movimientos, pero además yo sentí, y lo expresé concluida la actividad, que además del control o no-control de ellos, estaban las diversas formas de realizar algún movimiento. Diferentes significados de “muevan la cabeza”; algunos lo hacían de izquierda a derecha, otros de arriba abajo, etc. También cada uno tiene sus propias capacidades y/o habilidades… Hay quienes tienen muy buena elongación, y otros que les cuesta un poco. Al final hay que entender que todos nos movemos de diferentes formas, a diferentes ritmos, y les damos diversas connotaciones.
Hay frases por ahí que dicen que el movimiento es vida, por lo que podría decirse que quienes se les ve reducida esta capacidad están “menos vivos”… Y yo puedo verlo diariamente en mi casa. Tengo un perro viejo de 16 años aproximadamente, que le cuesta mucho caminar, pararse. No se mantiene con mucha estabilidad (aparte de darle convulsiones a veces). Pero él insiste en ponerse de pie… nosotros creemos que siente que se mantiene acostado, después ya no podrá pararse, y para los animales, seres animales (incluidos los humanos) el desplazamiento es fundamental, es parte del instinto, entonces no poder moverse, es depender de otro o morir simplemente. No somos seres inertes ni inmóviles, y desde el primer día de nuestras vidas lo dejamos bien en claro, movimiento sin cesar nuestros pequeños brazos y piernas, que es señal de “estar sanito”. Con unos meses más, gateamos… Y luego nos paramos, caminamos, hasta que un día corremos.

                                                                    





La parte anecdótica, o graciosa del asunto, fue cuando nos dividieron en grupos para hacer las actividades. A mí me tocó en el segundo grupo, y una de las cosas que hicimos fue… “el barco pirata”, en la cual te salvabas del barco que se hundía, si pasabas al frente a hacer un movimiento relacionado a un concepto. Hubo algunos muy entretenidos; todos nos “salvamos”. Yo hice un pollo… Sí, un pollo. Por lo general no me gusta hacer ridiculeces, a menos que sea con gente de confianza, pero esta vez la estábamos pasando tan bien, que me dio igual (la foto lo representa).
Doy gracias por poder moverme, y espero que en un futuro pueda ayudar a devolver, o mejorar, esta gran capacidad de los seres vivos, porque si bien no es un “derecho”, es algo intrínseco de nosotros, que por diversos motivos podría perderse, y a cualquiera le podría pasar. Y puedo asegurar, después de mirar a mi alrededor, a mis cercanos, mis lejanos… que el movimiento sí es vida.



viernes, 2 de mayo de 2014

Todo lo que necesitas es... ¡Música!

Algunos dicen que todo lo que se necesita es "amor". Puede que sea así, por eso yo digo que la música es amor también. No soy quien para discriminar estilos musicales, ni los gustos de nadie, ni mucho menos decir qué es buena música. Ésta al fin y al cabo, puede expresarse de cualquier forma, y nosotros le damos el sentido que queramos. Música es un sonido agradable, porque no creo que alguien tenga en su repertorio "sonidos de taladro". En fin...

Llegué un poco atrasada a clases. Un compañero dijo "Ella, ella toca viola". No me gusta decir "Toco viola", porque siento que me falta demasiado, sigo aprendiendo, y nunca dejaré de ser una aprendiz. Pero al final no se habló más del tema.
La profesora preguntó si escuchábamos música, a lo que todos respondieron sin titubear que sí. Luego preguntó qué tipo de música escuchábamos, y finalmente qué sentíamos con ella, a lo que algunos levantaron la mano y dieron su opinión, en una o dos palabras. Yo tenía una respuesta en mente, pero daba para mucho, así que preferí no decir nada al respecto.
Pero en breve… ¿Qué siento con la música? ¡Qué no siento! Si ya cuando escuchas una pieza es emocionante, tocarlo es aún más. No soy una gran intérprete, por lo que no me gusta tocar en solitario. Pero cuando estamos en orquesta, todos los sonidos se fusionan, las emociones de cada uno. Transmitimos entre nosotros, y también buscamos transmitir al resto el verdadero significado de la música, que es más que “pelotitas con rayas, fortes, pianos, crescendos, silencios”.
Una de mis interpretaciones favoritas, es la de un concierto para violoncello. Una gran intérprete femenina, de las mejores en su época, que desafortunadamente la enfermedad (esclerosis múltiple) la llevó a dejar la música a temprana edad (28 años) y finalmente, falleció con tan solo 42.
Jacqueline Du Pré.  
La clase se trataba de "Sonidos creativos". Mucho ruido al comienzo. Cada uno con sus instrumentos, conociéndolos, emitiendo sonidos, riendo algunos, serios otros, pero al fin y al cabo, el fin era alguno.
Nos juntamos en grupos por "familias" de instrumentos. Yo estaba con las cuerdas. Éramos solo guitarras. Teníamos que inventar algo rápido, en no más de 15 minutos... ¿Qué hacemos? Nos preguntábamos... "¡Que cada uno toca lo que se le ocurra!". Quise controlar de cierta forma la situación por un momento, y les recomendé algo... "Haz este acorde". No sabían hacer acordes, por lo que les enseñé. La idea era que dentro de la espontaneidad de nuestra creación musical, sonara algo relativamente armonioso.
Fuimos los primeros en presentar de los tres grupos que se armaron: cuerdas, percusión, vientos.
Le pusimos “Agua tranquila”. Al parecer al público le gustó. Nuestro final fue igual de improvisado.
Lo último que hicimos era en grupos de 6-7 personas hacer una pequeña interpretación sobre alguna palabra que nos daba la profesora, la idea era que el resto “adivinara”. Yo participé en el último. Nos tocó “tristeza”. Más que tristeza fue tranquilidad. Increíble cómo se pasa de un momento de euforia a otra de completa paz. Todos en silencio. Ese es el poder de la música.